Durante la Semana Santa de 2025, España vivió un hito energético histórico: el sistema eléctrico operó con solo dos reactores nucleares activos. Con una elevada producción renovable, solar, eólica e hidráulica, y una demanda baja, el país no solo cubrió su consumo, sino que exportó electricidad. Esta situación marca un punto de inflexión en la transición energética y pone de relieve el papel clave del almacenamiento en el futuro del sistema eléctrico