Gilberto Ripio, Director de Desarrollo para España de la agencia ProfesionalNet, nos habla de la importancia de las políticas de Responsabilidad Social Empresarial en las empresas y del impacto de la tecnología y el marketing digital en ellas.
¿A qué tipo de empresas afecta actualmente la RSE?
Todas las empresas, independientemente de su tamaño o sector, tienen muchas ventajas a la hora de invertir en la mejora de sus prácticas de RSE. De hecho, ya no es necesario demostrar la palanca de diferenciación y competitividad que ofrece la RSE.
El estudio sobre los resultados de RSE de las empresas españolas, realizado con la mediación, muestra una dinámica muy positiva. De hecho, este informe, que se basa en años de evaluaciones de la RSE realizadas sitúa a España en el quinto puesto en cuanto a gestión de la RSE, y en el tercero en cuestiones sociales.
«Esto demuestra una vez más el importante compromiso de las empresas españolas en el ámbito de la RSE. Comprar a una empresa española significa comprar un nivel de RSE de primer orden, significa comprar de forma responsable».
¿Cuáles son los factores desencadenantes que empujan a las empresas a embarcarse en un planteamiento de RSE?
Hoy en día, descuidar las prácticas de RSE significa correr el riesgo de perder imagen de marca y cuota de mercado. Cerca del 40% de los 950 departamentos de compras de las multinacionales incluyen la calificación de RSE como criterio en su proceso de selección de socios comerciales, especialmente en las licitaciones.
Por tanto, las organizaciones tienen un enorme poder para influir positivamente en las prácticas, a través de su capacidad de compra, animando a sus socios a aplicar buenas prácticas relativas a la condición humana y a reducir sus externalidades negativas para el planeta.
Para las instituciones financieras, los inversores y los directores financieros, la RSE y las finanzas sostenibles parecen ser la prioridad. Ante la presión de la opinión pública y de los inversores, los actores financieros se ven obligados a dar un verdadero giro a sus carteras.
Una empresa que no haya establecido hoy un sistema para actuar y prevenir los riesgos medioambientales y sociales en su cadena de suministro ya no encontrará mañana la financiación que necesita para desarrollarse.
Por último, las normativas son cada vez más estrictas y están animando a las empresas más recalcitrantes a asumir su responsabilidad y tomar medidas concretas, que recientemente ha recogido el Bundestag alemán.
Es ahora en el Parlamento Europeo donde se debaten el deber de diligencia y la responsabilidad de las empresas.
Así que, si van a hacerlo, más vale que lo hagan con convicción y aprovechen las ventajas de un sólido programa de compras responsables, contribuyendo al mismo tiempo, cada uno a su nivel, a un mundo mejor y pensando en términos de impacto positivo más que de cumplimiento.
En general, ¿Cómo pueden contribuir las herramientas digitales a las políticas de RSE de las empresas?
La digitalización permite ir más allá en la profundidad y cantidad de la información recogida y acelerar su tratamiento. El resultado son indicadores más sólidos y detallados que contribuyen a una toma de decisiones informada.
En cuanto a la reducción de las emisiones de carbono, por ejemplo, las evaluaciones ayudan a las empresas a calcular sus emisiones de alcance 1, 2 y 3, basándose en enormes bases de datos internacionales, así como a evaluar las prácticas emprendidas para iniciar esta descarbonización. Los que aún no hayan dado este paso se verán penalizados en los próximos años y perderán competitividad.
Como parte del proceso de evaluación, se utiliza inteligencia artificial para pre procesar la información recopilada, mientras que la tecnología digital ofrece la posibilidad de aumentar el número de puntos de datos, reducir su tiempo de procesamiento y proponer un enfoque colaborativo, permitiendo a las empresas aunar esfuerzos.
Los errores de las empresas en materia de RSE pueden propagarse rápidamente por las redes sociales. ¿Anima la tecnología digital a las empresas a ser más cuidadosas?
Las redes sociales son claramente catalizadoras y exigen una mayor vigilancia de las prácticas de RSE de la empresa y sus socios.
El eslabón más débil ya no son sólo las prácticas de una empresa, sino más bien las de las empresas de la cadena de suministro.
La reputación de la empresa, e incluso la cotización de sus acciones, pueden verse gravemente afectadas por una falta de vigilancia
Por ejemplo, muchas empresas se vieron afectadas cuando se destapó el escándalo de la minoría uigur en China.
También los consumidores finales pueden boicotear una marca por falta de transparencia en sus prácticas. Quieren influir, hacer oír sus expectativas y actuar en consecuencia.
Por último, los inversores sancionarán duramente una acción controvertida e integrarán más los resultados de la RSE en sus decisiones de inversión.
A menudo oímos hablar de «lavado verde» o «lavado de imagen». ¿Cómo discernir un verdadero enfoque de RSE de una simple estrategia de comunicación?
Como hemos pasado del «soft law» al «hard law» con la nueva normativa, estamos viendo una brecha cada vez mayor entre las empresas que comunican más de lo que actúan y las que generan crecimiento, y a veces incluso lo aprovechan para transformar su modelo de negocio.
Por tanto, ya no estamos en la era del greenwashing, sino en la de las empresas que se benefician de una mayor competitividad gracias a la solidez y sinceridad de sus acciones extra financieras.
Sus clientes e inversores compran, invierten por acciones concretas y por el bien que indirectamente contribuyen a un mundo mejor mañana.
Es una gran oportunidad para que estas empresas se pongan a la altura de las que aún intentan aparentar.
¿Representa actualmente la RSE una palanca de rendimiento para las empresas?
En primer lugar, el rendimiento de la RSE es una gran oportunidad para vincular acciones y reducciones de costes, especialmente en términos de consumo de energía, reciclaje de residuos, economía circular, reducción de gases de efecto invernadero, etc.
También es una gran oportunidad para ofrecer productos y servicios que respondan a nuevas expectativas y ofrezcan innumerables oportunidades de negocio a las organizaciones. Por ejemplo, cada vez más empresas del sector energético recurren a ofertas de energías renovables.
¿Qué criterios pueden utilizarse para evaluar el enfoque de la RSE de una empresa?
Las prácticas de RSE se enmarcan en la norma internacional ISO 26000, que proporciona directrices para todos aquellos que son conscientes de que un comportamiento socialmente responsable y respetuoso con el medio ambiente es un factor clave para el éxito.
La metodología se basa, por tanto, en la norma ISO 26000, y evalúa criterios de cuatro temas principales: medio ambiente, derechos sociales y humanos, ética empresarial y compras responsables.
A continuación, llevamos a cabo una auditoría documental para analizar las pruebas recabadas de las empresas y las partes interesadas.
El resultado es un cuadro de mando procesable con una puntuación para cada uno de los temas y una puntuación global que permite a las empresas comparar sus resultados con los de sus homólogas y demostrar sus acciones a todos sus clientes, inversores y aseguradoras.
