Después de comprar tu olivo centenario, tendrás que mantenerlo y conservarlo
Veamos a continuación como los especialistas de los olivos para jardín lo realizan:
Protege el olivo del frío
El árbol de olivo requiere muy pocos cuidados sin embargo sus peores enemigos, son el frío, la humedad y la lluvia helada. Algunos especialistas en olivos milenarios te dirán que los ejemplares más antiguos pueden soportar una temperatura de -15ºC, sin embargo, es imprescindible que este frío sea seco y de corta duración. Ten en cuenta que si el olivo es joven y se arriesga estando a menos de -10°C, los brotes y las hojas jóvenes empezarán a sufrir y se deteriorarán de forma irreversible.
En algunos casos puede ser útil el uso de un velo protector (los velos protectores, son ligeros, permeables al agua y transpirables, dejan filtrar la luz, y no impiden en ningún modo el regular crecimiento de la planta protegida). De hecho, esta herramienta permite ganar casi 4°C. En la antigüedad se solía proteger los troncos de los arboles de olivo con paja, unos 10 cm alrededor del tronco eran suficiente. Además, también se puede completar el velo protector con una lámina de plástico en la base de 1 a 2 metros de diámetro, según la edad de tu olivo. Esto evitará la filtración de agua y la congelación de las raíces, por último, recuerda que cuanta más edad tenga tu olivo, mejor será su resistencia al frío.
Actualmente se pueden encontrar olivos ornamentales en casi todas las regiones en las que las temperaturas mínimas rara vez alcanzan los -10ºC como España, Bretaña, Sur de Francia, etc. Sólo los patios cubiertos en invierno tendrán el privilegio de acoger durante todo el año un hermoso olivo centenario, por ello, en las regiones frías hay que favorecer el cultivo de olivos en maceta, para que ningún impedimento perjudique aprovechar el olivo en las terrazas y áticos durante el buen tiempo.
Fortalece tu árbol de olivo con el mejor abono
Las necesidades nutricionales de un árbol común son proporcionales a la cantidad de nutrientes que consume para crecer normalmente a lo largo de su ciclo. Estas necesidades nutricionales deben ser proporcionadas al tamaño del árbol si no se encuentran en un entorno natural, como el suelo, el aire y el agua. De este modo, se desarrollan nuevos órganos vegetativos y se mantiene el crecimiento de los órganos permanentes para obtener un rendimiento adecuado.
En el caso del cultivo de un árbol de olivo, el suelo no suministra normalmente todos los nutrientes necesarios para el crecimiento y el desarrollo del olivo. Por lo tanto, se debe elaborar un plan de fertilización (consiste en la adición de 4 a 7 kg de fertilizante en cada árbol centenario o milenario una o dos veces al año, el período más adecuado para realizar el plan de fertilización es en otoño) en función del estado nutricional del olivo, la fertilidad del suelo y el nivel de rendimiento previsto.
Como hemos visto, el olivo es un árbol robusto al que le gustan los suelos pobres y las tierras áridas. Por lo tanto, este árbol mediterráneo, en teoría, no necesita más que la materia mineral y orgánica que se encuentra naturalmente en su suelo. Sin embargo, un suplemento nutricional no le hará ningún daño e incluso le ayudará a crecer y adaptarse a su nuevo hogar.
Ten en cuenta, en primer lugar, que hay que evitar el abono en árboles de olivos jóvenes (de menos de 5 años). Para los olivos más viejos (centenarios y milenarios), recomendamos dos métodos: uno para los árboles de la ciudad y otro para los árboles del campo.
– Árboles de olivos de la ciudad: Recomendamos un suministro ligero de abono nitrogenado de asimilación lenta (se emplea para hacer referencia a aquellos fertilizantes que ponen sus nutrientes a disposición de las plantas de una forma lenta y durante un período más o menos largo) unos pocos gramos de abono nitrogenado de asimilación lenta en varios centímetros cuadrados del árbol será suficiente para todo el año. Nuestra recomendación es espolvorear este abono a unos 70 cm del tronco del árbol durante el mes de marzo.
– Árboles de olivos del campo: Recomendamos un método más sencillo y totalmente natural, el estiércol de caballo, barato y ecológico, este método sólo debe renovarse cada año. Se realiza dibujando un círculo de aproximadamente de 2m de diámetro en el olivo. A continuación, tendrás que cavar una pequeña excavación alrededor de tu árbol de olivo y poner en ella el estiércol de caballo de forma regular y a unos 10 cm de profundidad, cubre el estiércol de caballo con tierra y ya está terminado, es la lluvia la que se encargara de difundir lentamente la materia orgánica en las raíces del árbol.
Regando el olivo
Hay que evitar absolutamente el riego excesivo para evitar cualquier posible estancamiento de agua y favorecer una riego artificial moderado. Los olivos indicarán que tienen sed en cuanto las hojas nuevas se plieguen sobre sí mismas, pero el mejor indicador sigue siendo el suelo: si se convierte en polvo, ya es hora de regar.
El árbol de olivo es resistente a los climas extremos y a la sequía, se ha convertido en los últimos años en un árbol ornamental de moda, no sólo por su frescura, sino también por su hermosa sombra fresca, perfecta para los veranos mediterráneos. Por estas razones, cada vez aparecen más de estos hermosos ejemplares en los grandes jardines, donde sólo requieren de espacio, luz solar y muy poca agua.