Estar en contacto con la naturaleza favorece nuestro bienestar físico y psicológico.
Varios estudios han demostrado que el entorno natural reduce el estrés y la depresión y, a la inversa, mejora la autoestima, la felicidad y la creatividad.
¿Por qué amamos la naturaleza?
La naturaleza nos da tanto que tendemos a olvidarlo. Los científicos llaman «ecosistema» a la naturaleza porque es una gran colaboración entre plantas, animales y su entorno. Todo lo que recibimos de la naturaleza se llama «servicios ecosistémicos».
El objetivo es concienciarles desde pequeños sobre la protección del medio ambiente y mostrarles cómo, mediante acciones sencillas, es posible proteger nuestro hermoso planeta. Descubren Francia, el mundo y las diferentes culturas, para comprender y aceptar mejor las diferencias.
1. APAGA LAS LUCES CUANDO SALGAS DE UNA HABITACIÓN
Sí, ilumina una habitación cuando estés en ella. Pero no olvides apagarla cuando salgas de ella.
Es un buen hábito y fácil de enseñar a los niños.
Un pequeño consejo para los padres: cambie gradualmente todas las bombillas por otras de bajo consumo. Ahorrarás mucho y este tipo de bombillas duran hasta 8 veces más.
Sabías que 30 minutos de iluminación innecesaria al día equivalen a 5 días de iluminación continua a lo largo del año?
2. CIERRA LOS GRIFOS
Si explicamos a los niños que el agua no es ilimitada y que puede dejar de fluir en cualquier momento, se darán cuenta de lo importante que es. Ducharse, lavarse los dientes o lavarse las manos no debe ser una ocasión para dejar correr el agua en exceso.
Consejo: ¡puedes organizar cronómetros o una pequeña competición para batir tu propio récord en la ducha!
3. PASAR MENOS TIEMPO DELANTE DE PANTALLAS
Este es un accesorio imprescindible hoy en día.
Ordenadores, tabletas, smartphones, televisores… las pantallas tienen muchas formas y siempre son un imán para los niños.
Sin embargo, también se puede encontrar mucha información en los libros o… ¡en los cuentos de los abuelos!
Volver a conectar con los mayores es una excelente manera de establecer fuertes vínculos entre generaciones y, sobre todo, de aprender «cómo era antes».
A los niños les encanta escuchar historias, ¡así que más vale que sean sus abuelos quienes les cuenten las suyas!
Además, menos tiempo delante de la pantalla significa más tiempo al aire libre jugando y desarrollando la imaginación y el ahorro.
Un pequeño dato: una simple búsqueda en la red emite casi 10g de CO2 al año y por internauta.
4. FOMENTAR EL USO DE LA BICICLETA O LOS DESPLAZAMIENTOS A PIE
Para los que tienen la suerte de vivir cerca de la escuela, la familia, etc.
Fomenta los medios de transporte «suaves».
Caminar es muy bueno para la salud y además ayuda a eliminar los azúcares y las grasas que consumes a lo largo del día.
Privilegiar la bicicleta o los desplazamientos a pie
Para los desplazamientos largos, es beneficioso ir en bicicleta o utilizar el transporte público.
Es bueno mostrar a los niños que no sólo existe el coche para desplazarse. Sobre todo porque les encanta probar nuevas experiencias y montar en bici ¡como los mayores!
5. EVITAR LOS RESIDUOS
Ya sea comida, papel, etc., hay que evitar el despilfarro. Desperdiciar es una señal de falta de respeto hacia los que no tienen nada. Pon en el plato sólo lo que estés seguro de que vas a comer, aunque sea para rellenarlo.
Del mismo modo, no se tira una hoja apenas garabateada.
Las hojas proceden de los árboles, que se talan para satisfacer nuestras necesidades.
Talar un árbol provoca el calentamiento global.
Explicar todo esto a los niños con palabras sencillas les da las bases adecuadas desde el principio.
6. COMER EN TEMPORADA
Comer fresas o tomates en diciembre no es normal. Hay que respetar la estacionalidad de los cultivos para apreciar todos sus beneficios. Sobre todo porque los tomates cultivados en invernadero o, peor aún, fuera de la tierra, suelen ser muy pobres en términos nutricionales. La frustración y el aprendizaje de la naturaleza pasan inevitablemente por conocer las estaciones y lo que aportan.
Llevar a los niños a recoger frutas y hortalizas a las AMAP o a las huertas también les permite tener un contacto privilegiado con la tierra y los agricultores.
Esto les facilita la asimilación de las cosas.
7. CALEFACCIÓN Y AIRE ACONDICIONADO, ¡CUIDADO CON ABUSAR!
Cuando llega el invierno, no hay por qué sobrecalentar la casa y los dormitorios en particular. La temperatura ideal para un dormitorio es de unos 19°C. Un dormitorio fresco es bueno para dormir. Basta con cubrirse con un edredón cálido. Para los niños, dormir con camiseta y pantalones evitará que se levanten con frío. Los más frágiles pueden dejarse los calcetines puestos.
Es bueno saberlo: ¡bajar la calefacción un solo grado ahorra alrededor de un 7%!
Del mismo modo, cuando vuelva el calor, enciende el aire acondicionado sólo cuando haga mucho calor.
Así contaminarás menos. Este consejo también se aplica a los vehículos. ¡Abre las ventanillas en lugar de encender el aire acondicionado!
8. CLASIFICACA LOS RESIDUOS
Desde el principio de la escuela primaria (y a veces incluso antes), los niños son capaces de comprender la clasificación selectiva.
Hay que hacerles comprender que el vidrio debe reciclarse, porque la naturaleza no sabe cómo hacerlo.
Lo mismo ocurre con el plástico, que contamina mucho y causa graves daños a la fauna, la flora, los animales, los océanos, etc.
Lo ideal es tener un contenedor para el vidrio, otro para el reciclaje y otro para la basura doméstica.
Si tienes un cubo de compostaje, ¡enseña a tus hijos a tirar los alimentos directamente en él y observa el resultado unas semanas después!
9. EVITA TIRAR
La ropa que se queda pequeña o que ya no gusta puede regalarse a quien no la tiene, o venderse para darle una segunda vida.
Lo mismo ocurre con los libros y los juguetes.
Las ventas de garaje y los mercadillos son lugares ideales para deshacerse de objetos no deseados.
Los niños disfrutarán cuidando su ropa y sus juguetes si pueden ganar un poco de dinero vendiéndolos.
Comprar artículos de segunda mano en una venta de garaje
Del mismo modo, para evitar tirar alimentos caducados, compre menos, pero con más regularidad.
De esta forma, evitamos el desperdicio de comida y además explicamos a nuestros hijos que tirar comida es un auténtico desastre.
10. COMPRAR UNA PRENDA PARA SUSTITUIR OTRA
La industria textil es la más contaminante del mundo después de la petrolera.
Por eso, en lugar de tener un armario a reventar y ropa que los niños rara vez se ponen, es mejor reducir las compras.
Si un pantalón ya no te queda bien, lo mejor es intentar venderlo (o donarlo a una organización benéfica), para poder comprar otro par (de segunda mano es aún mejor).
11. SER CONSCIENTE DE LA NATURALEZA
Enseña a los niños a ser conscientes de la naturaleza que les rodea.
¿Qué mejor que un paseo por el bosque o la montaña para contemplar la naturaleza, los pájaros y algunos de los animales salvajes que allí se esconden?
Explicar a los niños que es importante respetar la fauna y la flora es una parte esencial de la construcción del mundo del mañana.
Sin la naturaleza, el Hombre no es nada.
Deben aprender a vivir en armonía tanto con las plantas como con los animales. Los niños están abiertos a estos temas.
12. COMUNICARSE CON LOS NIÑOS
Explicar la ecología a los niños
A los niños les gusta que los adultos les expliquen muchas cosas.
Y si estas explicaciones van acompañadas de ejemplos concretos, enseguida quedan cautivados.
Por eso es bueno hacer experimentos con ellos.
A veces puede ser tan sencillo como llevarles a la granja a ver los animales, a hacer algo de jardinería, a hacer un huerto, introducirles en la cocina, etc.
Una gran fuente de inspiración, para meditar conscientemente….
¡He aquí algunas ideas de sentido común!