Tras más de 15 años de conversaciones, los Estados miembros de la ONU alcanzaron finalmente el sábado un tratado para proteger los océanos y su biodiversidad.
Logran un acuerdo histórico para la preservación de los océanos y la biodiversidad
Han necesitado 15 años largos años de discusiones los miembros de la ONU para acordar por fin el primer tratado internacional para combatir las amenazas a los ecosistemas vitales de alta mar.
Los largos debates desembocan por fin en un veredicto. El sábado 4 de marzo, los Estados miembros de la ONU acordaron por fin el primer tratado internacional para proteger la alta mar, destinado a contrarrestar las amenazas a los ecosistemas vitales para la humanidad.
«EL barco, ha llegado a la orilla»
«El barco ha llegado a la orilla», anunció la presidenta de la conferencia, Rena Lee, en la sede de la ONU en Nueva York el sábado poco antes de las 21.30 horas (3.30 horas en París), en medio de un prolongado aplauso de los delegados.
Tras más de 15 años de debates, incluidos cuatro años de negociaciones formales, la tercera «última» sesión de Nueva York fue por fin la buena, o casi.
Los delegados ultimaron el texto, que ahora está congelado en cuanto al fondo, pero que se adoptará formalmente en una fecha posterior, una vez haya sido revisado por los servicios jurídicos y traducido a las seis lenguas oficiales de la ONU.
El contenido exacto del texto no se dio a conocer de inmediato, pero los defensores del mismo lo saludaron como un hito para la protección de la biodiversidad.
Un momento histórico para los océanos
Fue un momento histórico el que se vivió en la sede de Naciones Unidas en Nueva York (EEUU) en la tarde del sábado 4 de marzo. La emoción es intensa, el Presidente de la comisión rompe a llorar.
Han sido necesarios 15 años de debates y negociaciones para llegar a este acuerdo sobre un texto de protección de la alta mar.
Y con razón, es mucho lo que está en juego. Cubre más de la mitad de la superficie del planeta y esconde en sus profundidades recursos gigantescos que son codiciados.
Una victoria del multilateralismo
«Este es un día histórico para la conservación y una señal de que en un mundo dividido la protección de la naturaleza y las personas puede triunfar sobre la geopolítica», Ha declarado Laura Meller, de Greenpeace.
Tras dos semanas de intensos debates, incluida una sesión maratoniana el viernes por la noche, los delegados ultimaron un texto que ya no puede sufrir cambios significativos.
«No habrá reapertura ni debates de fondo» sobre esta cuestión, aclaró Rena Lee a los negociadores.
El Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, felicitó a los delegados, según un portavoz, que dijo que el acuerdo era una «victoria del multilateralismo y de los esfuerzos globales para contrarrestar las tendencias destructivas que amenazan la salud de los océanos, ahora y para las generaciones venideras».
La alta mar comienza donde terminan las zonas económicas exclusivas (ZEE) de los Estados, a un máximo de 200 millas náuticas (370 kilómetros) de la costa, por lo que no está bajo la jurisdicción de ningún Estado.
Creación de zonas marinas protegidas
Aunque representa más del 60% de los océanos y casi la mitad del planeta, durante mucho tiempo ha sido ignorado en la batalla medioambiental, en beneficio de las zonas costeras y de unas pocas especies emblemáticas.
Con los avances de la ciencia, se ha demostrado la importancia de proteger estos océanos, rebosantes de una biodiversidad a menudo microscópica, que además proporcionan la mitad del oxígeno que respiramos y limitan el calentamiento global al absorber gran parte del CO2 emitido por las actividades humanas.
Pero los océanos se debilitan, víctimas de esas emisiones (calentamiento, acidificación del agua, etc.), de la contaminación de todo tipo y de la sobrepesca.
Así que el nuevo tratado, cuando entre en vigor tras ser adoptado, firmado y ratificado formalmente por un número suficiente de países, permitirá la creación de zonas marinas protegidas en estas aguas internacionales.
Limitar los efectos del calentamiento global
Sólo alrededor del 1% de la alta mar está sujeto a medidas de conservación, y esta herramienta emblemática se considera esencial si queremos proteger el 30% de la tierra y los océanos del mundo para 2030, como se comprometieron todos los gobiernos del mundo en diciembre.
«Las zonas protegidas de alta mar pueden desempeñar un papel fundamental en la creación de resiliencia frente a los efectos del cambio climático», declaró Liz Karan, del Pew Charitable Trusts, que calificó el acuerdo de «logro trascendental».
El tratado sobre la «conservación y el uso sostenible de la biodiversidad marina fuera de las zonas de jurisdicción nacional» también introduce la obligación de evaluar el impacto ambiental de las actividades propuestas en alta mar.
Una cuestión de equidad Norte-Sur
Por último, un capítulo muy delicado que cristalizó las tensiones hasta el último minuto: el principio de reparto de los beneficios de los recursos genéticos marinos recolectados en alta mar.
Los océanos cubren más de la mitad del planeta. Una zona sin reglas donde, hasta ahora, todo estaba permitido.
«Hasta ahora, la alta mar era el Salvaje Oeste, una zona sin ley donde reinaba la impunidad total», afirma Lamya Essemlali, presidenta de la asociación Sea Shepherd.
Pesca incontrolada, transporte marítimo, prospecciones de petróleo y gas, alta mar es objeto de todo tipo de codicias.
30% de los océanos protegidos por el acuerdo
La pesca, el petróleo y el gas amenazan este santuario, que el texto rubricado el sábado debería proteger en parte.
El tratado prevé la creación de reservas marinas. Esto significa zonas totalmente protegidas, en las que no se permite ninguna actividad humana y reservas altamente protegidas, en las que puede haber actividades humanas, pero que estarán supervisadas y reguladas.
«Esto significa zonas totalmente protegidas en las que no se permita ninguna actividad humana. Ni pesca, ni navegación, ni minería. Y reservas altamente protegidas, con actividades humanas que pueden tener lugar, pero que estarán supervisadas y reguladas», explica un responsable de las campañas de Océanos de Greenpeace.
Más allá de los 370 kilómetros de distancia de la costa, se aplicará la zona económica exclusiva de los Estados, según las normas de la ONU.
En total, se protegerá el 30% de los océanos.