Los nuevos fenómenos climáticos extremos ya pueden ser estudiados con más precisión gracias a la inteligencia artificial

El cambio climático antropogénico tiene en la IA «una aliada inesperada, y que va a permitir un conocimiento mucho mayor del que se imaginaba, gracias a la potencia de cálculo y de procesamiento de datos que las tecnologías actuales han conseguido permitir», destaca el fundador y CEO de Datarmony, Enric Quintero

Aunque la inteligencia artificial —junto con todo lo que supone la infraestructura digital— consume en torno al 3 y 4% de la electricidad a nivel global, «si se utiliza como es debido y con consciencia, se convierte en una tecnología que supera ampliamente los costes gracias a los beneficios que trae, y el medio ambiente no es una excepción a esta regla», destaca el fundador y CEO de Datarmony, Enric Quintero.  

La temporada estival viene marcada por muchos más días de calor extremo, noches tórridas y, en todo el conjunto, con unas temperaturas mucho más elevadas que hace décadas debido al cambio climático provocado por la actividad del ser humano. Las consecuencias del aumento globalizado de las temperaturas —entre muchas otras— son los fenómenos climáticos extremos. Uno de los últimos ejemplos que se ha podido vivir son los incendios de sexta generación: se crea un microclima debido a la extensión y agresividad de la combustión, lo cual hace que sean mucho más complicados de extinguir.  

Aunque en la Península Ibérica se han producido por primera vez este año 2025, la IA ya es capaz de estudiarlos y predecirlos, para así asegurar mucha mayor prevención y una actuación sin demora, antes de que se desencadenen los peores escenarios. Uno de los ejemplos que ya está en marcha es el plan INFOCA —en Andalucía— que, gracias a las imágenes satelitales y a los datos gestionados por IA, permite tener análisis extensos y en tiempo real de los cambios de temperaturas y condiciones atmosféricas que pueden desarrollar un incendio de estas magnitudes.  

Copernicus y la IA monitorizan la Tierra constantemente 
Los escáneres satelitales —continuos y en tiempo real— también tienen a la inteligencia artificial como aliada a la hora de conocer todo el estado del arte de condiciones atmosféricas, temperaturas y todo tipo de fenómenos que se puedan suceder. 

En este sentido, aunque el programa Copernicus se puso en marcha en abril del 2014, las constantes actualizaciones de herramientas y mejoras en la detección y la monitorización han permitido tener detalles mucho más precisos de lo que sucede en la Tierra. 

Las nuevas aplicaciones de la IA en sostenibilidad abren puertas a nuevos escenarios 
Más allá del monitoreo constante —y en tiempo real— de la Tierra, varios son los escenarios que se abren paso a medida que se integra esta tecnología. Desde conocer las condiciones ideales para preservar ecosistemas, los pasos que hay que dar para una óptima recuperación de los entornos degradados o saber (y predecir) los impactos que pueden ocasionarse en una región azotada por un fenómeno extremo. 

Casos como la DANA de Valencia de 2024, antes se medían con métodos numéricos. Ahora estos ya no son suficientes y se usan nuevos métodos basados en IA que crean redes neuronales con millones de casos que recogen indicadores como la velocidad de desplazamiento o el tamaño de la masa fría. De este modo se obtiene una precisión sustancialmente mayor de lo que se podía determinar con métodos analógicos.  

Además de estos elementos, la nueva agricultura que está por llegar gracias a la IA supondrá un cambio de paradigma. Una mejora significativa de la eficiencia de recursos, con una mayor flexibilidad a la hora de cultivar, optimizar procesos frente al estrés hídrico o episodios extremos. Todo esto ya se está gestando y es gracias a los algoritmos que se podrá tener una mayor —y más precisa— cantidad de información.  

La IA aplicada a la sostenibilidad es independiente del tamaño de la empresa o de la organización 
Aunque los ejemplos mencionados anteriormente forman parte de organismos públicos de gran envergadura, «aplicar IA en beneficio de la sostenibilidad es posible, siempre que haya predisposición y ganas de contribuir a ser parte de la solución», destaca Quintero.  

Datarmony tiene varias implementaciones de la IA —predictiva— cuyo impacto final es el medio ambiente. El residuo de desperdicio alimentario es posible gracias a algoritmos de predicción de stock. En una cadena de supermercados europea se consiguieron salvar toneladas de alimentos, ya que, gracias a los datos de la IA, pudieron tener un mejor conocimiento del stock de compra y así evitar tener excesos de productos en las estanterías que después hubieran sido desechados.  

También el sector digital es otro de los focos en los que Datarmony ha implementado IA. «Tener datos desordenados, duplicados o que nunca se llegan a usar consume una cantidad de energía que no nos imaginamos. Todo esto ocupa espacio en servidores, y ese espacio se gestiona con electricidad, energía y emisiones. Aunque no los veamos, los datos mal gestionados generan cantidades inconmensurables de basura digital. Desde Datarmony hemos implementado algoritmos que ordenan estas informaciones para que grandes servidores gasten menos recursos y se reduzcan emisiones de gases de efecto invernadero», concluye Quintero.  

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