El aumento del autoconsumo de energía solar como aliado en la lucha contra el cambio climático
En los últimos años, el aumento del autoconsumo de energía solar ha hecho que los paneles solares sean habituales en las zonas urbanas y rurales de todo el mundo.
El auge del autoconsumo también está contribuyendo a la lucha contra el cambio climático, gracias a los avances tecnológicos, el abaratamiento de los componentes de los equipos, la agilidad de los trámites administrativos y el apoyo a nivel local y nacional.
Autoconsumo de energía solar
El término «fotovoltaico» se compone de las palabras griegas «foto» -de fos-luz- y «voltaico» -del campo de la electricidad-, como homenaje al físico italiano Alessandro Volta, inventor de la pila. Alessandro Giuseppe Antonio Anastasio Volta fue un químico y físico italiano, famoso principalmente por el descubrimiento del metano en 1776 y la invención y desarrollo de la pila eléctrica en 1799.
Así, la energía luminosa es la energía producida por la luz. La tecnología moderna de células solares comenzó en 1954, cuando los Laboratorios Bell descubrieron accidentalmente que los semiconductores de silicio dopados con ciertas impurezas eran sensibles a la luz, pero no fue hasta la década de 1990 cuando se produjeron paneles solares a gran escala.
Hoy en día, son parte integrante del auge de la fotovoltaica, la forma más extendida de auto alimentación eléctrica.
¿Qué es el autoconsumo fotovoltaico?
El autoconsumo fotovoltaico se produce cuando una persona o empresa consume la energía generada por una instalación solar cercana.
Una instalación de energía solar autoalimentada se compone de los propios paneles solares, así como de otros componentes como:
- inversores
- cables de conexión
- conectores
- y, opcionalmente, baterías.
Este consumo no sólo ahorra dinero en las facturas de electricidad, sino que también contribuye a reducir el cambio climático mediante el uso de fuentes de energía renovables.
Tipos de autoconsumo fotovoltaico
Aparte de las instalaciones que no están conectadas a la red (normalmente en zonas rurales), hay dos tipos de autoconsumo fotovoltaico, según el destino de la energía sobrante, es decir, la que no utiliza el propietario de la instalación:
Autoconsumo sin excedentes
Estas instalaciones cuentan con un sistema antiderrame que impide que el exceso de energía entre en la red. Se pueden añadir baterías de la misma manera que en el autoconsumo para almacenar este exceso de energía y utilizarla por la noche o en días nublados, especialmente ahora que las baterías de litio son cada vez más baratas.
Autoconsumo con excedentes
Estos dispositivos permiten inyectar el exceso de energía en la red de transporte y distribución. Los usuarios pueden vender la energía vertida a la red o aprovechar el llamado balance neto (también conocido como medición neta), en el que la energía vertida a la red se compensa en la siguiente factura o recibo en algunos países.
Consejos para autoconsumo fotovoltaico
Estos son los pasos y consejos que hay que seguir para empezar a disfrutar de las ventajas del autoconsumo instalando tu propio sistema fotovoltaico.
- Dispón de un espacio adecuado, como un tejado, un jardín o una terraza, que pueda recibir la mayor cantidad de luz solar posible.
- Es aconsejable instalar los paneles fotovoltaicos orientados al sur, ya que la exposición vertical a la luz solar aumenta la productividad, pero no es la única manera.
- Contrata a una empresa profesional que se encargue no sólo de la instalación, sino también de los trámites técnicos y administrativos necesarios.
- Aprovecha las ventajas que ofrecen los distintos organismos administrativos, como las deducciones en la declaración de la renta (Estados Unidos), las deducciones en el IBI (España) y las deducciones en el IRPF (Francia).
Leyes y reglamentos sobre el autoconsumo
En los últimos años, los gobiernos de todo el mundo han aprobado medidas para facilitar los trámites relacionados con el autoconsumo y ofrecer incentivos económicos a los usuarios.
Por ejemplo, en el Reino Unido y Alemania, los auto consumidores pagan una cuota por cada kilovatio-hora (kWh) que suministran a la red.
Italia y Chile deducen de la factura una cantidad proporcional a los kWh aportados a la red, mientras que Portugal y Australia permiten el balance neto.
Esta es la situación normativa en otros países.