La Huella ASG permite a las empresas mejorar la gestión de riesgos, la eficiencia operativa y la reputación, mientras que los consumidores se benefician de productos responsables y sostenibles. Según un estudio de Nielsen, el 66% de los consumidores están dispuestos a pagar más por productos de empresas con impacto social y ambiental positivo, lo que refleja que buscan conocer cómo y en qué condiciones se producen los productos e impulsa a las empresas a ser más transparentes en su cadena de suministro