El sistema eléctrico europeo avanza hacia un modelo completamente descarbonizado, donde el almacenamiento de energía, la digitalización de la red, la gestión activa de la demanda, unas interconexiones más robustas y un mix renovable diversificado serán pilares fundamentales. Para lograrlo, se requerirá una profunda transformación tecnológica, regulatoria y económica, así como la participación activa de todos los agentes del sector